Esta tarde la he empleado en ver un par de películas. Ya que no estaba muy buen día y que he aprendido que cuando tengo algo por delante que aún no sé exactamente cómo hacer me merece la pena darme tiempo para pensar en ello haciendo cualquier otra cosa, el plan de manta era de lo más apetecible para después de comer. No he escogido los títulos deliberadamente, ha sido pura cuestión de azar. La primera ha sido “Don Jon” y me ha parecido que está bien. Pero es la segunda la que me ha gustado bastante más. Y además le he llegado a ver de milagro. Primero porque estuve a punto de darla por imposible cuando al comenzar a reproducirla el programa que utilizo se cerraba inmediatamente. Pero mira tú, lo he intentado una vez más antes de borrarla con otro distinto y con ese si ha funcionado. Segundo, porque apenas un rato después de comenzar ha aparecido Pelayo y, sin decir nada, ha apoyado su cabecita contra mí con una cara de pena que era para matar a quien fuese el culpable de haberle puesto así… hasta que le he preguntado y me ha soltado un “… es que güelita y Marina no me dejan en paz”. Que conste que con Marina he dudado. Lo de mi madre sin embargo me parecía pasarse. Así que lo he cogido en brazos, él ha echado una mano a la etiqueta del jersey y, recostado con el chupo a velocidad de crucero, se ha quedado dormido en un plis plas. Yo, por mi parte, he aguantado hasta que mis brazos hacían lo mismo. Si alguien está poniendo la misma cara que si hubiese visto un gatito al leer esto, que conste que es porque estoy con rutinas para ponerme rocoso y tenerlo cogido así es mejor que hacer un millón de dominadas –a quien querré engañar-.
La película se titula “Cuestión de tiempo”. Una comedia dramática romántica -¿existirá el género?- con un argumento a simple vista que no sugiere que vaya a ser nada del otro mundo pero que sin embargo después está resuelto contando una historia de manera muy original: los hombres de una familia tienen la capacidad para viajar a atrás en el tiempo. Desde que lo sabe en adelante el protagonista lo utiliza unas cuantas veces para resolver cosas que habían salido mal. Y como no, también para conquistar a la chica de sus sueños. Hasta que un día su hermana tiene un accidente y al regresar atrás -muchos años atrás- para evitarlo descubre que la niña que había tenido con su mujer se había convertido en un niño. Al preguntarle a su padre este le explica que para evitarlo solo puede retroceder como mucho hasta un momento posterior al nacimiento de ella. Vuelve a dejarlo todo como estaba, incluyendo el accidente, y poco después recibe la noticia de que su padre tiene cáncer. En un sentido no supone perder tanto porque siempre puede volver atrás para poder verlo. Hasta que su mujer le dice que le gustaría tener otro niño y tiene que enfrentarse al dilema sabiendo que si lo hace tendrá que despedirse para siempre de él.
Viajar en el tiempo es una fantasía bastante habitual. Pero al terminar la película solo se me ha venido a la cabeza poder hacerlo para regresar a hoy antes de las once y seis minutos en el que envié un mensaje de whatsapp. Me quedó bastante soso. De no haberlo pensado estoy seguro de que me habría quedado bastante mejor.