Enlace al cuarto episodio de «Back to the roots»
Es una noche de invierno y estás conduciendo tu deportivo por una carretera solitaria bajo una lluvia torrencial. Llegas a un cruce en el que hay una señal de stop y, al detenerte, puedes ver a tres personas tiritando que esperan un autobús refugiados en una marquesina a la que le falta el techo:
- Una anciana que parece a punto de morir.
- Un viejo amigo que te salvó la vida una vez.
- La persona, hombre o mujer según corresponda, de tus sueños.
Decides ayudar ¿a cuál llevarías, teniendo en cuenta que sólo tienes sitio para uno de ellos en el coche?
Comencé esta saga contándoos que había encontrado un documento con notas que de alguna manera representaba el final de un viaje y un regreso a los inicios. Esas notas recogían un argumentario relativo a un cambio de metodología para solucionar un problema que existía en lo de las piedras de colores. Lo que no os conté, es que al lado, estaban otras que había escrito diez años atrás durante la etapa de Barcelona cuando me enfrenté por primera vez con ese tipo de problema. Estaban ahí porque las había encontrado por casualidad justo cuando terminé de escribir las segundas. En esencia, argumentaban lo mismo. Así que de alguna manera, diez años después, con ese documento, regresaba a los inicios.
Ahora, dime si tu respuesta ha sido esta:
“Le daría las llaves del coche a mi amigo y le pediría que llevara a la anciana al hospital mientras yo me quedo esperando el autobús con la mujer de mis sueños”.
Hace diez años no fue la que tomé. Si no le has dado las llaves a tu amigo, te has inventado algún tipo de premisa al igual que hice yo. No existe ninguna en el supuesto. Vuelve a leerlo sino.
Las nuevas notas, supusieron un paso atrás, pero también la oportunidad de tomar otra decisión. Es uno de esos momentos en los que tienes lo que los ingleses denominan un insight, una revelación. No las utilice y supuso lo más parecido a estar parado de nuevo en ese cruce, ver a las personas y, de repente, entender el patrón. Y entonces, bajarse del coche, darle las llaves al amigo y quedarse con la chica. Eso reescribe todo lo que viene a continuación.
Identifica esa premisa. Es tu falsa restricción.